domingo, 26 de febrero de 2012

BIENVENIDA (( Texto reflexivo ))


Nunca somos muy viejos para aprender o para ser útiles. Nunca somos muy viejos para sorprendernos ante algo bello o para tener sed de conocimiento. La vida gozosa no tiene límites de edad, el deleitarnos en la vida nos mantiene jóvenes. En realidad nuestra edad no se mide por las características físicas o las debilidades sino por nuestro espíritu. Siempre somos valiosos para nuestro Señor. Si estamos dispuestos a aprender cosas nuevas, a desarrollar nuevas habilidades y a renovar el espíritu con el alimento de la Palabra de Dios, siempre estaremos creciendo, no importa cuál sea nuestra edad.


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